Gabriella
Ciardelli
Comentario
de texto
‘Ajedrez’
El
poema ‘Ajedrez’ escrito por Jorge Luis Borges hace parte la obra El Hacedor de 1960. Esta obra se
considera como una de sus piezas más personales y reflexivas, ya que explora
ampliamente la simbología oriental y la cultura europea. Este poema retrata un
pensamiento del autor que se refleja específicamente en su descripción y la
relación presentada entre el tablero y las fichas de juego, los jugadores y el
tiempo. Ya que se escribe esta obra hacia sus 60 años, cuando ya su ceguera lo restringe
completamente, podemos inferir que lo escribe entre sus introspecciones sobre
su vida, ya que la interpretación literal y visual del mundo no eran posible.
Borges
hace una reflexión de la vida y la compara metafóricamente a un juego de
ajedrez. El tema universal es el de una vida pre-destinada, y un pensamiento de
que la vida que vivimos está controlada por un poder ajeno. En el ultimo
párrafo vemos esto cuando dice ‘Dios mueve al jugador, y este, la pieza.’ Dada
a la variedad de culturas con las que creció Borges, es difícil conectar este
pensamiento con una religión especifica, pero por la mención de un Dios y una
vida pre-destinada, podríamos concluir que se asemeja al cristianismo. Un juego
de ajedrez es rígido, reglamentado tal como es en este caso la estructura. El
poema se divide en parte I y II, cada uno compuesto por 4 estrofas. El total de
ocho estrofas hace de este poema dos sonetos, con versos de 4, 4, 3, 3. La
rima, también es regular: A, B, B, A, A, B, B, A, C, E, D, E, E, D en ambas
partes del poema. Vemos como Borges sigue la estructura clásica de el soneto,
lo que hace posible una conexión directa con las reglas establecidas en el
ajedrez. Para el propósito de análisis se va a ver el poema con la separación de
apartes ya existente, I y II.
En la
primera parte se presenta la perspectiva y el punto de vista de el ‘yo
narrativo.’ Es decir de donde se está mirando lo que está comentando y
presentando en el poema. Se menciona en la primera línea ‘en su grave rincón…’ al
presentar el rincón se entiende como se esta mirando de un lugar ajeno y
omnisciente, que no tiene mucha presencia en lo que se va a desarrollar. Al
hacer uso del epíteto ‘grave’ el lector lo conecta con un lugar oscuro y tenue,
que le empieza a dar una cierto ambiente al poema. La perspectiva ajena se
conecta con la existencia del poder extraño que controla el juego. En la
primera estrofa también se hace una relación entre el tablero y el tiempo, y cómo
el tablero es el sujeto de la demora: ‘el tablero los demora hasta el alba.’ Se
establece un cronotopo en el que se entiende que la acción que sigue es
consecuencia de este ambiente. El alba representa el pasar del tiempo, y como
los jugadores están sometidos a esa figura central, que es mirada desde el
rincón, el tablero.
En la
segunda estrofa se presentan las piezas de juego, y con sus respectivos
epítetos se logra un ritmo que no solo le da continuidad al poema, sino también
contextualiza al lector sobre cada una de las piezas y su rol en el juego. Aquí,
la perspectiva se acerca a algo más especifico. Estos adjetivos usados tienen
una connotación que muestra acción y movimientos de preparación para una respectiva
situación: ‘armada reina, rey postrero, oblicuo alfil y peones agresores.’ Es
evidente como se les da una habilidad guerrera, lo que les da importancia y
relevancia en el tablero de juego. Borges, al no poder ver las fichas
físicamente, usa estos adjetivos que para el representan la respectiva figura
de juego.
En las
ultimas dos estrofas, se cambia la perspectiva, se aleja de lo objetivo y se
enfoca más en el tema cómo herramienta universal. Al mencionar ‘cuando los jugadores…el tiempo
los haya consumido’ el lector entiende que este juego es exhaustivo y como es
ignorante a un tiempo organizado y determinado. Con esta ideología, Borges menciona:
‘no habrá cesado el rito.’ Con la palabra rito Borges logra volver a conectarse
con la idea de la religión, y como ‘este juego es infinito.’ Al usar estas
hipérboles, la idea de que el poema trata sobre un simple juego queda opacada
por una idea mucho mas abierta, pues se evidencia la reflexión de la vida como
un juego de ajedrez ya que el yo lírico menciona: ‘como el otro, este juego es
infinito.’ El otro juego, es el de la vida, y ahora, los dos son infinitos.
En la
II parte del poema, se mira esta idea con un tinte mas tenue y negativo. Los
adjetivos usados en la segunda estrofa para describir las piezas, ahora cambian
por unos de debilidad e inferioridad: ‘tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino.’ En la sexta estrofa se refuerza la idea que
son inferiores pero mostrándolos como ingenuos, pues se presenta de nuevo la
idea de el destino pre existente: ‘No saben que la mano señalada del jugador
gobierna su destino.’ El uso de la sinécdoque muestra como la mano en realidad
representa al jugador, junto con sus pensamientos y decisiones. Las fichas que
inicialmente eran poderosas, ahora están sometidas a las decisiones del
jugador, es decir no tienen ningún tipo de libertad ni de poder ante el
desafiante tablero. Cuando Borges presenta la idea de que el ‘albedrío esta
sujetado’ se refuerza esta idea por medio de la yuxtaposición: esta idea de la
inexistente libertad ante el juego.
Las últimas
dos estrofas se pueden considerar como un cierre y una conclusión, que presentan
todas las ideas anteriores de una manera mas literal y explícita: ‘El jugador
es prisionero…de las negras noches y blancos días’ esta metáfora hace la
conexión entre el ajedrez y la vida más vivida. Los dos colores también los
menciona Borges en la primera estrofa, esta reaparición le da una conexión a
las ideas y hace el mensaje más presente. No solo lo evidente que simbolizan
los colores, que es el tablero, si no como somos prisioneros de todo, de lo
malo y de lo bueno. La pregunta retórica que cierra el poema, hace al lector cuestionar
ese destino que ya existe ‘¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza de polvo y
tiempo y sueño y agonías?’ es decir, ¿quién esta detrás de Dios, que lo
controla y lo hace pasar por todo lo que pasamos en esta vida? Este final
abierto deja al lector con dudas de lo que realmente es Dios, ya que este ser
supuestamente omnisciente también esta siendo controlado. Esta idea de religión
esta reforzada por una referencia que se hace a el personaje de ‘Omar’. Este,
era un gran filósofo Persa; Omar Jayam, que también encontró una semejanza
entre el ajedrez y la vida. Las ideas se complementan gracias a que conocemos
que este personaje dudaba de las pruebas que daba la vida, esto lo que lo
definía como escéptico. Esta manera de pensar se puede conectar con esta
reflexión final, ya que Borges cuestiona la existencia de un ser tan idolatrado
como Dios.
Es así,
como podemos suponer que el poema ‘Ajedrez’ refleja un pensamiento de Jorge
Luis Borges. En la manera en la que se presentan todos los elementos como el
tablero, y las fichas se hace una relación con los jugadores y el tiempo. Ese
tiempo infinito logra evocarse en los jugadores, y como estos por medio de las
fichas eliminan cualquier posibilidad de libertad de decisión. Como he
mencionado, la presencia de un Dios que domina todo se cuestiona, pues este
también tiene alguien que lo maneja. Este poema ha usado todos los elementos de
el juego de ajedrez, para metaforizar el juego de la vida. Borges,
completamente ciego y ajeno a el mundo visual escribe ‘Ajedrez’ como su
representación de lo que fue la vida y los años que quedaban por ser.
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