viernes, 6 de marzo de 2015

Una materia antropomorfa

Maria Paula Mendez
Juan Jose Gonzalez
Español Literatura: Nivel Superior
Álvaro Rodríguez


Análisis de El Golem, Jorge Luis Borges

El Golem es al rabino que lo creó, lo que el hombre es a Dios; y es también, lo que el poema es al poeta” – Jorge Luis Borges (Borges)

La creación del hombre y reflexión sobre aquello ha sido un tema recurrente durante la historia que parte principalmente de la duda de la presencia de un Dios. Existen teorías que cuentan cómo sus mismas manos formaron a sus aprendices, para hoy ser lo que se conoce como el ser humano. En este orden de ideas, se origina el análisis del poema El Golem por el poeta argentino Jorge Luis Borges. Este poema refleja el hecho de que cómo la palabra o el nombre de Dios da vida a un ser que metaforiza la creación del ser humano. Fue escrito en 1958 (Nazareno Bravi, 2013) fuertemente influenciado por la religión judía y se encuentra en el libro El otro, el mismo publicado en 1964. Se inspira principalmente en la novela homónima escrita por Gustav Meyrink que además fue la primera novela que Borges leyó en alemán mostrando a la vez el interés de el autor por la cultura alemana. Cuenta la historia de Judá León (Judah Loew), el rabino de Praga y su sed de saber lo que Dios sabe, de lo que sintió al crear su más grande invento: el hombre. Consecuentemente labró a lo que apodó Golem[1].

En primer término  El Golem resulta ser una intertextualidad que Borges obtuvo de Scholem[2] y la leyenda judía de un cabalista (mencionado algunas veces en el poema en las líneas 40 y 55). La estructura del poema es simple y rigurosa. Tiene 72 líneas en total con 18 estrofas de 4 versos endecasílabos, rima consonante abrazada A-B-B-A a excepción de las estrofas 4, 12 y 14 que presentan rima consonante cruzada C-D-C-D. Este poema muestra como Borges usa al estilo solía hace mucho tiempo pues en términos de métrica pareciera como si lo hubiera escrito años atrás. En el poema se evidencia algunos recursos muy frecuentes en Borges como los por ejemplo listados o asíndeton, isotopías para crear un ambiente, y uno muy importante que es cómo Borges se vale del conocimiento universal (de la humanidad) para brindar significado, es decir que, el efecto que causa a través de las intertextualidades muestran la manera con la cual logra darle forma ( como el Rabino al Golem) a su poema basándose de ideas exteriores para crear su propia y única idea.
Este poema se divide en tres bloques de sentido diferentes y se dividen por el diferente estilo que emplea Borges en estos. El primer bloque se encuentra desde la primera a la tercera estrofa que se conoce como la “introducción” del poema donde Borges se refiere específicamente de una forma indirecta a los cabalistas judíos quienes trabajaban para descifrar los verdaderos nombres de las cosas y principalmente tratar de encontrar el verdadero nombre (o nombre Clave como se refiere Borges) al Dios que se conoce. Es primordial mencionar la cábala ya que ésta era importante en la vida de Borges quien era aficionado y al mismo tiempo es la esencia misma del poema. El hecho de que al decir el nombre de Dios se  le da vida al ser que se conocerá como Golem. En este bloque también cita tanto filósofos griegos (Platón con su Cratilo) como Judíos (Scholem) que hacen referencia de alguna forma a aquel pensamiento metafísico en las religiones (un tema constante) del ser omnipotente y divino.

El segundo bloque ya se centra más en la idea que prima sobre todo el poema que es la creación del engendro y aprendiz de hombre. Borges describe la creación de El Golem, insistiendo en la idea de que el rabino es a El Golem lo que Dios es al hombre. Después de ver a El Golem creado el yo poético explica de manera acertada los errores y deficiencias que presenta aquella creación. Esta idea resulta ser irónica ya que el poema se basa en el uso de palabras, musicalidad, letras, vocales, pronunciación y articulación, a pesar de “tan alta hechicería” El Golem nunca aprendió a hablar. Declaración que apoya la idea acerca de que El Golem sólo logró barrer. En el tercer y último bloque de sentido (ultimas tres estrofas), Borges decide cuestionar al lector, lo que resulta importante ya que le da un cierre de intriga o un final abierto a que el hombre o en este caso el lector mismo reflexione. Primero diciendo lo que siente el rabino al mirar a su creación y las dudas que este le genera y finalmente, terminando el poema con una pregunta en la que cuestiona que es lo que siente Dios al mirar al hombre, ¿Sera lo mismo que siente el rabino?

Después del análisis que se presenta anteriormente se puede ver de manera clara y directa cómo, con este poema Jorge Luis Borges vuelve a una métrica estricta con una rima consonante, muy definida durante la totalidad del poema. Es una muestra más de su admiración y amplio conocimiento acerca de la cultura hebrea y judía, no solo con datos acerca de estas culturas sino también usando intertextualidades para desarrollar el poema. Estas intertextualidades logran dar al poema un poco más de contexto y rigidez para poder transmitir el mensaje o el tema general que en pocas palabras es la creación del hombre por Dios metafóricamente con Judá León y su Golem. El hecho de dejar una pregunta como cierre al poema deja un incognito en el lector, quien probablemente pensara en la respuesta adecuada a esta pregunta que se podría considerar hasta filosófica o metafísica (ya que la filosofía se mantiene constante a lo largo del poema), teniendo en cuenta que este es un tema frecuente en este autor y sus diferentes poemas. Las decisiones de Borges de usar paréntesis, por ejemplo, como otra herramienta que emplea comúnmente,  explica información extra (necesaria) y el uso correcto de la letra cursiva para resaltar alguna información ayuda a trasmitir el mensaje y a darle claridad al poema. Por último, este poema logra que el lector reflexione acerca no sólo de la creación en sí del ser humano sino también de los nombres por los cuales se conocen y se entienden todas aquellas “cosas” cotidianas, como se señala claramente en la primera estrofa “el nombre es arquetipo de la cosa” y surge la duda de si el nombre verdadero del Dios que reconoce la religión judía/hebrea puede llegar a descifrarse y ¿qué pasaría si se lograse?

Bibliografía

Nazareno Bravi, A. (2013). Borges.pitt. Obtenido de Nota sobre Borges y el golem: http://www.borges.pitt.edu/sites/default/files/0611.pdf
Borges, J. L. (s.f.). El Golem. (Anónimo, Entrevistador)




[1] Un coloso hecho de barro que, animado mediante combinaciones cabalísticas de las letras que configuraban el santo nombre de Dios, cobraba vida y movimiento, ejecutando toda clase de trabajos para el rabino
[2] Gershom Scholem: Judio interesado por las cábalas y que enseño sobre ellas
Al rabino Judah Loew se le atribuye la creación del Golem, cuya leyenda estimuló la fantasía
de la Europa central durante varios siglos y es asunto también hoy vigente

1 comentario:

aroestudiantes dijo...

Este ejercicio de análisis solo repasa las generalidades del poema. Para un lector que quiera introducirse a este poema está bien, pero para alguien que ya lo conozca, le propone muy poco.